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Zalacaín el aventurero (fragmento)

Autor: Pío Baroja

Tipo de texto: Argumentativo


Hay hombres para quienes la vida es de una facilidad extraordinaria. Son algo así como una esfera que rueda por un plano inclinado, sin tropiezo, sin dificultad alguna.

¿Es talento, es instinto o es suerte? Los propios interesados aseguran ser instinto o talento; sus enemigos dicen casualidad, suerte, y esto es más probable que lo otro, porque hay hombres excelentemente dispuestos para la vida, inteligentes, enérgicos, fuertes y que, sin embargo, no hacen más que detenerse y tropezar en todo.

Un proverbio vasco dice: «El buen valor asusta a la mala suerte». Y esto es verdad a veces..., cuando se tiene buena suerte.

Zalacaín era afortunado; todo lo que intentaba lo llevaba bien. Negocios, contrabando, amores, juego... Su ocupación principal era el comercio de caballos y de mulas, que compraba en Dax y pasaba de contrabando por los Alduides o por Roncesvalles.

Tenía como socio a Capistun el Americano, hombre inteligentísimo, ya de edad, a quien todo el mundo llamaba el Americano, aunque se sabía que era gascón. Su mote procedía de haber vivido en América mucho tiempo.