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El muñeco de nieve

Autor: (Anónimo)

Tipo de texto: Narrativo


Cuando Sara, de tres años,miró por la ventana, no se lo podía creer. El jardín estaba completamente blanco.

-Es nieve -le dijo mamá-. ¿A que es bonita? Si quieres, ahora salimos a jugar...Pero te tienes que tomar todo el desayuno, ¿vale?

Sara dijo que sí y se tomó el zumo, la leche y las galletas en un santiamén. Luego, dejó que mamá la lavara,la peinara y la vistiera sin rechistar, y se puso el anorak como le habían enseñado en el cole.

-Venga, a jugar -dijo Sara, impaciente-.

Mamá dijo que esperara y le puso también el gorro, la bufanda y los guantes. Cuando por fin salieron al jardín, se llevó una alegría...

-Hola, chicas. Os traigo a Miguel -dijo Mercedes, la vecina-.Quiere jugar con Sara en la nieve. en dos horas vuelvo a por él.

Miguel, que tiene cinco años, es el mejor amigo sde Sara, así que la niña se puso muy contenta. Estuvieron unrato tirándose bolas de nieve, flojito, para no hacerse daño, y luego la mamá de Sara tuvo una gran idea.

-¿Hacemos un muñeco de nieve? -preguntó-.

-¡Sííí! -chillaron los dos niños a la vez.

Entonces pasaron a la casa a coger todo lo que necesitaban y,enseguida, se pusieron manos a la obra. Hicieron el muñeco con tres bolas de nieve: una grande, para la parte de abajo; otra mediana,para el tronco, y una pequeña, para la cabeza. Después, le pusieron ojos de botón y nariz de zanahoria, y lo vistieron con un gorro, una bufanda y unos botoncitos rojos por el tronco. Y, por último, le pusieron una escoba, como si la estuviera sujetando. Quedó un muñeco precioso, tanto que Sara se ilusionó demasiado:

-¿Mamá, esta noche puedo dormir con él? -preguntó-.

-No, cariño, aquí no puedes dormir, que hace mucho frío.

-Pues lo llevo a mi cuarto y lo acostamos en mi cama -dijo Sara.

-¡No se puede!¡Te mojarías! -le explicó Miguel.

-¿Por qué? -preguntó la niña-.¿Se hace pis?

Mamá se rió mucho y le explicó que no, que lo que pasa es que la nieve con el calor se vuelve agua. La niña se quedó un poco triste porque no iba a poder llevárselo, pero al rato se le olvidó. Sin embargo, Miguel, por la tarde, le llevó un dibujo precioso de los dos con el muñeco de nieve, Y aquella noche la pequeña Sara se durmió abrazada al papel y soñó que su amigo de nieve se movía, y que los dos iban corriendo a buscar a Miguel para jugar con él.